Sr. Presidente:
Disculpe si le retiro el tratamiento de “estimado” pero no quiero continuar siendo hipócrita. Y créame que lo siento, ya me gustaría que no hubiera razones objetivas y personales para hacerlo.
Una vez más tengo que mostrarle mi cabreo por el desastre de gestión de esta cuarta-quinta ola. O mejor dicho por la ausencia absoluta de gestión que nos está llevando a las dramáticas cifras que vivimos en Enero. Hoy: 4.754 nuevos contagios, 296 hospitalizaciones, 25 en UCI y 16 fallecimientos.
Le digo que es una vuelta dramática no solo por las cifras, sino porque personalmente me encuentro en una situación similar a la que sufrí hace 6 meses. Ya le dije en el correo anterior que “en mi entorno tenemos la sensación fundada de que el virus nos acecha en la cercanía” algo que se ha agravado seriamente y me pone a mi y a mi familia en el mismo punto en que el 17 de enero: Mi nieto (de 4 años), ha vuelto a dar positivo e imagínese cómo estará su madre que trabaja de enfermera en un planta Covid y su padre (mi hijo), deberá estar en cuarentena 20 días. Mientras tanto yo y mi compañera estamos, prácticamente, auto confinados desde el fin de semana pasado. Y mi otro hijo muuuuy preocupado por la situación que le rodea ya que su compañera dará a luz en estos días. ¿Qué le parece a usted? Estoy convencido de que le importa un pepino. A usted solo le importa esconderse detrás de las excusas y de la propaganda barata.
Vista esta situación me gustaría hacer un agradecimiento general por coparticipar en esta catástrofe:
Gracias Sr Presidente por relajar las medidas en plena Semana Santa y dar el mensaje de que importan más la fotos electoralistas que la prevención. Gracias también por aumentar esta relajación en pleno fin de semana del 1º de mayo, promoviendo la movilidad, a pesar de tener una incidencia muy alta, dejándose llevar por el electoralismo cortoplacista. Y como no, muchas gracias por dedicarse a dejar que la pandemia se descontrole priorizando las fotos y actos partidistas hasta el punto de que lo pillen sin mascarilla donde precisamente no se puede quitar (mientras reclama carroñeramente que vuelva a ser obligatoria). También quiero agradecer al Gobierno Central y a su Presidente la participación activa en esta estrategia negligente, cuando “vendió” como un logro el fin del Estado de Alarma y el fin de la prohibición de llevar mascarillas, así como por “lavarse las manos” desde entonces. Todo ello, sumándose a la estrategia de Ayuso y de usted de que lo importante es la economía de “pan para hoy y hambre para mañana”. Y como colofón de este agradecimiento solo me queda mencionar a 6 de los 11 magistrados y magistradas del Tribunal Constitucional que, como fiel reflejo de la monarquía bananera que nos caracteriza, ha decidido dejar sin armas estrategias eficaces a las instituciones para abordar una catástrofe como la que sufrimos.
Como dicen en mi pueblo: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.
Pues que les vayan dando a todos.
P. D. Espero no tener la misma mala suerte que en enero y no volver a contagiarme antes de que termine de recuperarme de las secuelas que sigo padeciendo. Si no fuera así, le aseguro que buscaré el asesoramiento legal necesario para demandar y exigir responsabilidades a quienes pudiera corresponder.
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