70.- En Andalucía están los contagios desbocados y el Presidente dice que no es alarmante.

 Estimado Sr. Presidente:

Estaba decidido a dejar de escribirle, dado que no obtengo respuesta alguna y que no cambia para nada su política negligente en esta pandemia, pero su tuit de ayer me ha cabreado tanto que he cambiado de opinión para seguir haciéndole llegar mi desesperación con la pasividad y  la frivolidad con la que actúan permanentemente. 

Me refiero a su mensaje de que “El virus sigue entre nosotros: hoy sumamos 5.700 casos confirmados. Es un dato preocupante, pero estamos por debajo de la media nacional de incidencia y tampoco debemos generar una alarma excesiva. Seguimos vigilantes.” Es alucinante y desesperante tener que escuchar de nuestro Presidente que no se genere alarma y que el consuelo sea que estamos por debajo de la media estatal (le apuesto lo que quiera a que esa media la superaremos en breve y se inventará otra excusa). La alarma no se genera, está entre la población porque, por mucho que quiere maquillar los datos dramáticos, sabemos que los contagios están desbocados y que siguen teniendo consecuencias muy graves en las hospitalizaciones (más de 100 diarias), en las ucis (más de 15 diarias) y más fallecimientos (estamos ya en 10.300 andaluzas y andaluces silenciados por sus autoridades).

Pero además, hay otra dramática situación que ustedes ocultan y que está creciendo exponencialmente: me consta que las urgencias están colapsadas y la atención primaria desbordada. Según usted no van a hacer nada excepto estar “vigilantes”, pero ya le digo yo  y a quienes me quieran oir que la realidad supera la frialdad con la que pretende eludir su responsabilidad. Yo y mi entorno tenemos la sensación fundada de que el virus nos acecha en la cercania: tenemos familiares que se han contagiado (alguno con la vacunación completa), tengo amistades que sus hijos jóvenes se han contagiado (y nunca estuvieron de botellón ni de discoteca), tenemos vecinos que se han contagiado y que se les ha truncado la previsión de vacaciones. Pero además, todas y todos tienen un gran desconcierto, sin saber bien qué hacer en su ámbito laboral, en sus relaciones familiares y en las sociales. Todo se ha convertido y un sinfín de dudas y de desinformación concreta y efectiva que incluso está provocando acaloradas discusiones de que si se está vacunado no pasa nada (o si), de que si la actividad laboral es prioritaria (o no), de que si es  necesaria más contundencia en las medidas (o no) etcétera.

A todo esto, en mi caso, que sigo convaleciente de las secuelas del covid, en espera de que realicen el cateterismo para evaluar cómo están mis arterias,  estoy cercano a la vacunación (el próximo dia 28 de julio), y no se bien si autoconfinarme y aislarme o sigo su recomendación de que “tampoco debemos generar una alarma excesiva” y hago vida social con las escasas medidas de protección vigentes y me expongo a que cuando traten de vacunarme la semana que viene me digan que la tiene que aplazar una vez más porque esté reinfectado nuevamente. 

Así que, Sr. Presidente, mientras tomo mi decisión individual en este entorno tan tranquilizador, que le vayan dando a usted y a todo los que le acompañan en esta negligencia política. 

Sería hipócrita despedirme con un atentamente.

Un ciudadano andaluz abandonado por su gobierno.

P.D. Dedique el fin de semana a realizar propaganda electoralista barata mientras tenemos otro apagón informativo sobre la evolución de la pandemia hasta el lunes.