Estimado y querido Sr. Presidente:
Otra vez está aquí el pesado de los correos, pero he decir que insistiré mientras tenga secuelas del Covid o, al menos, hasta que compruebe que evitar la cuarta ola es posible o por el contrario hayamos cometido los mismos graves errores de las anteriores.
Respecto a mi salud, tengo que darle noticias esperanzadoras, ya que llevo un día con el oxígeno bajo y en algunos periodos quitado, con una saturación sostenible. Pienso que puedo estar cerca de poder irme a mi casa, aunque con oxígeno domiciliario.
Y en cuanto a los mensajes gubernamentales de ayer, tengo que decirle que estoy un poco esperanzado en que vayan tomando conciencia de que esto no se puede desmadrar ni relajar como pasó en navidad. Y me refiero a las declaraciones del Sr. Aguirre cuando ha manifestado que «todo se irá viendo» y ha subrayado «lo importante no es salvar la Semana Santa, sino salvar vidas», aunque intentando buscar en la medida de lo posible un «equilibrio» entre salud y economía. Ese el el inicio del buen camino, aunque sinceramente creo que sobraba lo del equilibrio la mención a la economía y para mi gusto hubiera sido la ocasión perfecta para rematar la declaraciones diciendo que “es el momento de apostar decididamente por evitar la cuarta ola en Andalucía, que entre todos tenemos que conseguir”
Objetivo en el que me alegro coincidir con los sanitarios que, según se publicó ayer, afirman que aún «no es momento de medidas aperturistas»
(https://www.malagahoy.es/malaga/sanitarios-Malaga-cuarta-ola-covid_0_1547846930.htl) , lucha que apoyaré en la medida de mis fuerzas.
En anteriores correos le refería la necesidad de que ustedes contaran con expertos del ámbito de las ciencias sociales para desarrollar estrategias que cambien las opciones necesidades de las personas de salir, de juntarse, de ir a sitios masificados y para tratar de parar la pandemia de “sociópata-virus” en sus distintas cepas y variantes.
Y hoy me gustaría preguntarle si entre sus expertos cuenta con personas del ámbito de los Servicios Sociales y si la Consejería de esta competencia participa en la toma de decisiones. Y se lo digo por lo siguiente:
Son (o deberían ser) el primer dique de contención de la crisis social y económica.
Todo el mundo da por hecho, y creo que con razón, que el virus no afecta a toda la población por igual, que también entiende de clase sociales, pero desconozco si la Junta de Andalucía tiene hecho algún diagnóstico al respecto, y si lo hubiera me gustaría que se hiciese público. Al parecer, según publica la opinión de Málaga, ha tenido acceso a un documento de la Junta que desvela datos que pudieran ser interesantes para determinar en qué zonas de las ciudades la incidencia de la pandemia es mayor y en qué grado.
Aunque lo que sí conozco por mis compañeras y compañeros de los Servicios Sociales es que el impacto que esta pandemia está provocando en las personas y familias más vulnerables es brutal. Y si se pretenden tomar medidas serias para que no llegue a cuarta ola es fundamental (¿acaso no?), que la Junta de Andalucía desarrolle un plan de choque urgente y específico para controlar los brotes y la expansión de virus entre la población más vulnerable que en muchas ocasiones no cuenta con las herramientas necesarias para conseguirlo en su entorno. Así que le propongo que con carácter de urgencia se pongan a trabajar en este sentido y dé las instrucciones necesarias para que se articule un coordinación fluida y eficaz entre la atención primaria y los centros de servicios sociales que permita adelantarse a los posibles contagios y brotes que pudieran producirse en las zonas dónde ya se haya detectado mayor incidencia y especialmente entre las personas y familias más vulnerables.
Y quiero aprovechar esta ocasión para reivindicar el papel decisivo de los servicios sociales en esta pandemia, a la vez que denunciar que son el colectivo de profesionales olvidado y silenciado por todo el mundo. Cuando se hace reconocimiento público de las y los profesionales que luchan contra la pandemia se nombran muchos (no solo los sanitarios), pero nunca los Servicios Sociales, y eso es radicalmente injusto, y se lo voy a explicar porqué:
Son quienes tienen que dar respuesta a todas las demandas de ayudas de todo tipo: económicas, comida, pago de suministros básicos, las Tarjetas Monedero., de miles de personas que se han quedado sin ingresos, por despidos, lentitud en pago de ERTEs,...; Y en la mayoría de los casos, la burocracia que impone el sistema les resulta imposible dar una respuesta rápida. Así que es urgente que busquen mecanismos, en coordinación con las Administraciones Locales para que las ayudas lleguen cuando son necesarias, no después de no sé cuántos meses y cuánto papeleo. Le recuerdo que la Ayuda de Emergencia es un derecho subjetivo de la ciudadanía andaluza y, como falla el sistema, es inevitable acudir a la solidaridad vecinal u organizaciones caritativas para atender la avalancha de personas necesitadas.
Además son quienes tienen que gestionar la Renta Mínima de Inserción e informar, asesorar y en muchos casos ayudar a gestionar el Ingreso Mínimo Vital. Vaya lío de duplicidades que además son incompatibles, lentas e ineficaces.
Son quienes ayudan a las personas a gestionar recursos y prestaciones de otras administraciones e imagínese la avalancha, agravada por el bloqueo de los sistemas de la Seguridad Social, del Sepe, del Sae,....
También son los que sufren las quejas de los retrasos eternos de las prestaciones de la dependencia, agravados durante la pandemia que ha provocado el agravamiento físico, psicológico y emocional de las personas afectadas, que no han podido ser atendidas adecuadamente por las limitaciones de movilidad para hacerles visitas. Además del seguimiento de toda la Ayuda a Domicilio, habiéndose multiplicado exponencialmente las incidencias por personas que no se pueden atender porque el Auxiliar se contagia, o personas contagiadas que no puede ir la auxiliar,....
También se encargan de hacer el seguimiento de todas los menores vulnerables que han estado en situaciones de absentismo y/o que no necesitan medios telemáticos para trabajar Online; y/o han necesitado alimentarse diariamente, garantizándoles una comida en los comedores escolares.
También han tenido que coordinarse con las fuerzas de seguridad y los juzgados para hacer cumplir los convenios reguladores en cuanto a obligaciones económicas y de sistema de visitas siendo muchas las mujeres afectadas por estas circunstancias. Sin olvidar el sinfín de informes que solicitan estas instituciones para preservar los derechos de los y las menores o las personas tuteladas.
Han tenido que intensificar el apoyo emocional de unidades familiares en situaciones críticas por falta de trabajo y de recursos básicos de subsistencia. Descubriendo que han aparecido muchas familias pidiendo ayuda que no son usuarias habituales de los Servicios Sociales.
Se han encontrado con muchos inmigrantes sin papeles que han tenido que recurrir a pedir ayuda porque no podían acudir a las fincas donde tenían trabajo (irregular) de recolección.
Y han sido en el enlace clave con el sistema de Salud de todos los casos de Covid hospitalizados o no que no tienen ningún apoyo familiar o social y que necesitan una alternativa urgente para evitar la soledad o garantizar un alta hospitalaria con un mínimo soporte vital al regresar al domicilio.
Y todo esto con una falta absoluta de suficientes profesionales, con un sistema de gestión lento y absurdamente burocratizado e ineficaz. Le puedo garantizar que su estado de frustración e impotencia es similar al de los y las profesionales de la Atención Primaria.
Por eso, hoy quiero que este correo sirva de homenaje a ese pequeño ejército de profesionales silenciosos y escasamente apreciados que son los que tratan de paliar la crisis social que esta pandemia ha venido a agravar seriamente, muy pocos medios. MUCHAS GRACIAS POR VUESTRO TRABAJO.
Y Sr. Presidente, le solicito que cuando haga un reconocimiento a las y los profesionales que están dejándose la piel en la lucha contra la pandemia también las incluya a ellas y ellos. Pero, por favor dótenlos de herramientas suficientes y eficaces para que la crisis social sea lo menor posible.
Atentamente, un ciudadano andaluz.
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