jueves, 25 de febrero de 2021

Correo 19

 Estimado y querido Sr. Presidente


Tengo que confirmarle que ya estoy en mi casa, en una nueva etapa de mi recuperación, y ya me han advertido que será larga y lenta, sin que se descarte algún daño en el pulmón. Y mi compromiso con informarle de mi situación y transmitirle mis reflexiones sigue firme y decidido, a pesar de que tengo casi la certeza de que nadie de ustedes me lee.


Entrando ya en mis reflexiones, me parece muy interesante que usted transmita “que nadie espere una desescalada alocada” que “revisar las medidas" siempre será "con muchísima prudencia", "razonada" y "proporcional a la posibilidad de que el Covid vuelva a infectarnos, que sigue siendo mucha". Lo que no acabo de entender es porqué no apuesta claramente por el compromiso de que “en Andalucía cuarta ola, no gracias”. No comprendo qué le frena. 

También he leído que el Sr. Bendodo ha manifestado que el comité de expertos tomará decisiones "sanitarias y no políticas"; y ojalá sea así, aunque tengo una duda: ¿él asiste a la reunión?. Y por otro lado a mi me gustaría que las decisiones, además de sanitarias tuvieran una vertiente psico-social, como ya le he manifestado en reiteradas ocasiones.


Pero el Sr. Marín erre que erre insistiendo en dar mensajes irresponsables cuando declara ayer que  «Si la situación lo permite las restricciones podrían suavizarse», o «seguir alerta» aún cuando «todos deseamos que las medidas se puedan relajar». ¡¿No puede usted decirle que se calle?!. Y dígale de mi parte que no es necesario que las autoridades estimulen que las personas nos relajemos, que es una necesidad humana que, en situación de pandemia, hay que canalizar con estrategias que no eleven el riesgo de contagios.


Y volviendo al objetivo de que consigamos que en Andalucía no se produzca la cuarta ola, otra de las variables que es urgente abordar con coraje e imaginación es evitar las aglomeraciones, y hay que tener claro que se incrementarán en cuanto se relajen las medidas y se facilite la movilidad. Por tanto es urgente desarrollar medidas y estrategias para limitar al máximo el agrupamiento social. Y me permito recordarle algunas que le he comentado en correos anteriores y otras que paso a proponerle:


Es urgente regular mejor la afluencia de personas a los centros comerciales, ya que estos funcionan como foco de atracción, que a las personas, individualmente, nos resulta muy difícil no caer en la tentación de acudir a su reclamo. Y le voy a recordar el ejemplo que ya le comenté de un centro comercial del centro de Málaga que el día siguiente que abrieron la actividad estaba hasta la bandera, o el caso de un familiar que acudió a otro y se volvió antes de entrar por la “marabunta” que vió. Pero es más, he confirmado que estos centros tienen aforos permitidos de 6.000 personas uno  y de 9.000 el otro. ¡Es una barbaridad que se permita ese altísimo volumen de personas! (es meter en un centro cerrado a todos los habitantes de mi pueblo o de uno un poco mayor), pero es que no se tienen en cuenta que dentro las aglomeraciones se concentran en las tiendas o en los departamentos más populares, con el consiguiente segundo efecto de agrupación excesivo de personas. 


Sr. Presidente sea valiente y limite mucho más drásticamente el aforo de los centros comerciales. Y además, como son un punto donde acuden inevitablemente muchas personas, dicte una normativa de obligado cumplimiento de “inundar” estos lugares de cartelería, pantallas,.... con la  advertencia de los  peligros del contagio, a semejanza de las cajetillas del tabaco, y del respeto a las normas de protección. Y además haga una apuesta institucional de que las personas no acudamos a los puntos de aglomeración y recomiende que se active el comercio de cercanía y de barrio, donde también debe recomendarse tener mucha prudencia. Si es verdad que les preocupan los autónomos y los pequeños comercios aquí tienen una oportunidad.


Y los otros puntos de aglomeración son los espacios públicos, a los que las personas estamos acostumbrados a acudir ya sea de forma espontánea (paseos marítimos, playas, parques,...)  o porque las autoridades los han convertido en focos de atracción social (la famosa centrificación y las “calles Larios” de todas las ciudades). 

Aquí la obligación de regular el flujo de personas es de las autoridades, fundamentalmente los Ayuntamientos, y no debe temblarle el pulso y ejercer el liderazgo que se le supone como Presidente, y haga usted un pacto con la FAMP, y los Ayuntamientos de las capitales y ciudades más pobladas, para reglamentar de manera rigurosa el acceso a estos espacios, con medidas de ordenación de tránsito, con cartelería, publicidad en farolas (similar a las campañas electorales, marquesinas de las paradas de autobús,...), advirtiendo del peligro y recordando las medidas. Y si le añade el eslogan (u otro similar) de que “Andalucía apuesta por evitar la cuarta ola, colabora”, mejor.

Así mismo pienso que podría ser interesante  que la Junta de Andalucía impulse con los Ayuntamientos circuitos de movilidad ciudadana alternativos a los conocidos y convencionales, de espacios desconocidos que todas las ciudades tienen. Y le voy a poner un ejemplo que yo viví: cuando en la primera alerta se autorizó a moverse en un radio de un kilómetro descubrí un infinidad de estatuas y esculturas, de las que no sabía su origen, su sentido, su autor,.... Pienso que con alternativas como estas podrían ser interesantes para que la ciudadanía descubramos otra ciudad (alejada de los circuitos masificados)  y de camino convertirse en un atractivo turístico más, cuando podamos tener visitantes.


En fin Señor Presidente, es urgente que demuestre su compromiso real de evitar la cuarta y para ello debe actuar de manera inmediata. Recuerde que para el comienzo de la Semana Santa solo faltan 31 días. Y debemos llegar allí sin incidencia significativa de la pandemia y superar esas fechas de igual manera.


Atentamente, un ciudadano andaluz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

71.- Seguimos con los contagios descontrolados pero solo le importa a quienes los sufrimos.

  Sr. Presidente: Disculpe si le retiro el tratamiento de “estimado” pero no quiero continuar siendo hipócrita. Y créame que lo siento, ya m...