viernes, 16 de abril de 2021

Correo a la oposición andaluza

 A los grupos políticos de la oposición del Parlamento de Andalucía:

Antes de exponerles el objetivo de mi escrito me gustaría decirles que soy Donato Fernández, un enfermo de Covid, que me contagié en la  tercera ola, justo después de la nefasta gestión de la pandemia en Navidad, que aún estoy sufriendo las consecuencias de la Neumonía bilateral que me llevó a ingresar en la UCI, a las puertas de intubamiento,  y que me obligó a estar hospitalizado un mes. Desde que tuve fuerzas decidí escribirle al Sr. Consejero y, después,  al Sr. Presidente de la Junta correos casi diarios, exponiéndole las vivencias que fui experimentando desde que me contagié y denunciando la nefasta gestión de la pandemia y exigiendo al Gobierno andaluz su obligación de evitar que Andalucía sufra una cuarta ola. Hasta el día de hoy son 49 correos electrónicos y las correspondientes entradas al blog (https://correosparaelconsejero.blogspot.com/) que creé en su día para hacerlos públicos. Lamentablemente, no he obtenido respuesta alguna, excepto al principio de carácter formal.

Me dirijo a ustedes por si consideran interesante conocer mi experiencia personal y denuncias y las propuestas que sistemática y reiteradamente he ido planteando al gobierno andaluz para evitar la cuarta ola, corrigiendo los graves errores y deficiencias que provocaron la trágica tercera ola en Andalucía. 

Me he decidido a escribirles después de ver la sesión parlamentaria de ayer y comprobar la desfachatez del Presidente y de los miembros del Gobierno andaluz, a la vez que observar la “escasa intensidad” de la oposición. No acabo de entender cómo es posible que después de la nefasta y negligente gestión en Andalucía, la oposición no denuncie vehementemente las graves deficiencias que se están produciendo y las trágicas consecuencias que están teniendo y van a tener para el pueblo andaluz. Ni tampoco entiendo como la oposición no plantea y abandera las propuestas de mejora de gestión que el Sr Presidente y su Gobierno desprecian sistemáticamente. Por eso, aunque me tachen de presuntuoso, me atrevo a indicarles algunas de las cuestiones que considero claves para la mejora sustancial de la situación en Andalucía:

  • En primer lugar, no es de recibo que se “silencie” intencionadamente las y los 9.500 andaluces y andaluzas que se ha llevado por delante esta pandemia. La mayoría, víctimas de la negligente gestión de la 2ª y 3ª ola. Y supongo que ustedes no plantean este debate por no caer en el uso carroñero que utiliza la derecha; pero lo cortés no quita lo valiente,  y las víctimas y sus familiares se merecen conocer en qué circunstancias ha fallecido, el reconocimiento público de su sacrificio y, sobre todo, que al menos sirva para evitar más tragedias similares. Creo que es importante recordar que cada semana han fallecido un promedio de 150 personas por covid, en Andalucía, desde que comenzó la pandemia. ¿Qué diríamos si cada semana se produce un trágico accidente de estas características?.

  • En segundo lugar, alguien debería denunciar contundentemente que la política de relajación de la Navidad nos trajo una tercera ola criminal y que, lejos de aprender de aquel error, se ha vuelto a producir en el fin de semana de San José y en Semana Santa, con las graves consecuencias que estamos viviendo ya. Creo que sería muy interesante denunciar la torpeza de que abrir unos días para tener que cerrar a continuación, además de propagar la pandemia, es nefasto para la economía que se pretende salvar.

  • En tercer lugar, creo que es muy importante poner en cuestión la política de frivolidad contradictoria, que solo transmite una gestión bananera de la pandemia y que perjudica seriamente a la imagen y el prestigio de Andalucía como una tierra segura y responsable.

  • Por otro lado, no acabo de entender como no se denuncia contundentemente la falta de medios y recursos de la atención primaria, que debería ser el primer muro de contención de la pandemia, con un sistema de rastreo que no funciona cuando más se le necesita , con una atención telemática impersonal e inhumana que se bloquea y colapsa cuando más se necesita. Estoy seguro que, a poco que contacten con las y los profesionales y sus organizaciones, podrán comprobar la grave situación que atraviesan. Y no comprendo por qué, cada vez que la propaganda gubernamental se hace eco de la inauguración de una instalación sanitaria, nadie aprovecha para denunciar que menos ladrillo sanitario y más medios donde se necesitan.

  • Así mismo, no comprendo porqué no se denuncia el negligente comportamiento del gobierno andaluz y sus alcaldes cuando promueven y alientan las aglomeraciones en los espacios públicos donde tradicionalmente acuden muchas personas sin que nadie les incentive. Ni tampoco entiendo porqué nadie propone alternativas como la actividad de barrio y cercanía, con las medidas preventivas necesarias, que reduciría la movilidad y ayudaría al pequeño comercio.

  • Igualmente, me resulta incomprensible que nadie apueste por un control riguroso de los cumplimientos los aforos y las medidas preventivas y que no se denuncie la laxitud de las autoridades obligadas a vigilar que se cumplan.

  • Tampoco comprendo por qué nadie hace una apuesta clara por denunciar las consecuencias sociales de esta pandemia y nos conformamos con que se arreglen las colas de hambre con el voluntarismo de la iniciativa social. No sé porqué nadie propone  que el gobierno andaluz actúe, de manera singular y preferente, en las barriadas y zonas de especial incidencia de la pandemia, que vienen a coincidir con las más deprimidas socialmente.

  • Ni tampoco entiendo porque nadie denuncia  la demagogia mentirosa del gobierno andaluz cuando anuncia reiteradamente paquetes de ayudas propias que nunca llegaron (excepto las acordadas en el marco de la concertación social). Y no sé porqué no se planea que las ayudas deben servir para la modernización y mejora de la calidad del aire en los espacios cerrados con afluencia de público.

En fin, señorías, sé que es muy difícil combatir la maquinaria propagandística implantada por el Sr. Bendodo en Andalucía, que es muy complicado hacerse oír con unos medios de comunicación andaluces mayoritariamente conservadores y masivamente subvencionados, pero creo que es su trabajo y su obligación. Deben tener en cuenta que millones de andaluces y andaluzas están desesperados porque, cumpliendo escrupulosamente con sus obligaciones y civismo preventivo,  ven cómo su esfuerzo  no está sirviendo de mucho, que no se les tiene en cuenta, que no tienen una voz clara que los defienda, que observan cómo se manipula y se silencia su realidad, que asisten con estupor cómo prevalece la frivolidad y el populismo barato, a costa de su salud y de sus derechos de ciudadanía.

Pidiéndoles disculpas por mi atrevimiento, reciban un cordial saludo.

Málaga, 16 de abril de 2.021

Donato Fernández Aguilera.


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